Nueva triquiñuela de la promotora para evitar tener que hacer el Plan Especial de Control Urbanístico Ambiental de Usos
La empresa Pavasal S.A, promotora y responsable de la construcción de la mayor plataforma logística de Madrid que traerá atascos y niveles inadmisibles de contaminación acústica y medioambiental a los barrios de Usera y Villaverde, lo ha vuelto hacer.
Asistimos
a la tercera modificación del proyecto de construcción de la plataforma.
Esta vez, ha cambiado el número de naves a construir en su segunda fase, ha pasado de 13 naves a 4 naves de mayor tamaño. Con esta nueva maniobra vuelve a esquivar la obligatoriedad de realizar el Plan de Control Urbanístico Ambiental de Usos.
La primera modificación fue a principios del año 2019 en el que el proyecto original tenía proyectado un número de plazas de aparcamiento por las cuales la legislación obligaba a la realización del tan nombrado PECUAU. La solución consistió en la reducción del número de plazas hasta estar por debajo del mínimo exigible. Mientras tanto, el Ayuntamiento debía estar en otras cosas ya que dicha modificación se llevó a cabo sin levantar sospecha alguna.
La segunda modificación fue a mediados del año 2019, cuando la presión de los vecinos empezaba a ser molesta para el Ayuntamiento insistiendo en la realización de un PECUAU. Por este tiempo, el proyecto constaba de 26 naves nuevamente la legislación obligaba a realizar el PECUAU. En este caso, la solución consistió en dividir el proyecto en 2 fases de 13 naves cada una y anunciar la construcción de la 1ª fase. De esta forma se reducía de 26 a 13 el número de naves y se evitaba nuevamente la obligatoriedad del PECUAU. ¿Y qué hacía el Ayuntamiento mientras tanto? Anunciar a bombo y platillos un nuevo estudio de movilidad o lo que es lo mismo la búsqueda de alternativas para repartir por todo el distrito el tráfico y la contaminación acústica y medioambiental que traerá la plataforma.
La primera modificación fue a principios del año 2019 en el que el proyecto original tenía proyectado un número de plazas de aparcamiento por las cuales la legislación obligaba a la realización del tan nombrado PECUAU. La solución consistió en la reducción del número de plazas hasta estar por debajo del mínimo exigible. Mientras tanto, el Ayuntamiento debía estar en otras cosas ya que dicha modificación se llevó a cabo sin levantar sospecha alguna.
La segunda modificación fue a mediados del año 2019, cuando la presión de los vecinos empezaba a ser molesta para el Ayuntamiento insistiendo en la realización de un PECUAU. Por este tiempo, el proyecto constaba de 26 naves nuevamente la legislación obligaba a realizar el PECUAU. En este caso, la solución consistió en dividir el proyecto en 2 fases de 13 naves cada una y anunciar la construcción de la 1ª fase. De esta forma se reducía de 26 a 13 el número de naves y se evitaba nuevamente la obligatoriedad del PECUAU. ¿Y qué hacía el Ayuntamiento mientras tanto? Anunciar a bombo y platillos un nuevo estudio de movilidad o lo que es lo mismo la búsqueda de alternativas para repartir por todo el distrito el tráfico y la contaminación acústica y medioambiental que traerá la plataforma.
Esperemos
que el compromiso que expresó el concejal de Urbanismo don Mariano Fuentes
durante la celebración el pasado 16 de diciembre del Pleno de Desarrollo Urbanístico
del Ayuntamiento de Madrid en el que decía “En la reunión del 4 de noviembre
con la empresa promotora donde se les informó de la imposibilidad de iniciar cualquier movimiento que llevara a la ejecución de una hipotética segunda fase de las obras porque en tal caso, sería exigible la realización de un Plan Especial.”
Aunque por lo sucedido hasta ahora, todo apunta a que el Ayuntamiento volverá a mirar para otro lado, avalando la modificación y permitiendo, nuevamente, que la promotora esquive la legislación, construyendo la 2ª fase sin necesidad de realizar el plan especial de control ambiental.
Aunque por lo sucedido hasta ahora, todo apunta a que el Ayuntamiento volverá a mirar para otro lado, avalando la modificación y permitiendo, nuevamente, que la promotora esquive la legislación, construyendo la 2ª fase sin necesidad de realizar el plan especial de control ambiental.
Ante
tantas modificaciones del proyecto, todas dirigidas
a evitar la realización del PECUAU exigimos al Ayuntamiento que aplique el artículo 4 de la OGPMAU (Ordenanza
General del Medio Ambiente Urbano del Ayuntamiento de Madrid) y paralice las obras hasta
que se realice un estudio de medioambiente y se compruebe la viabilidad de plataforma.
Que la realización de un estudio de impacto medioambiental y a la movilidad se supedite al n° de naves construidas y al n° de plazas de aparcamiento, es en sí mismo un sinsentido y una tomadura de pelo. Lo verdaderamente importante a tener en cuenta es la actividad del negocio. Una planta logística de reparto de mercancías de 100.000 m2, incrustada en un barrio residencial, supone un impacto obsceno para las familias que allí vivimos y para el entorno. Y déjense de normativas absurdas. La implantación de este negocio en esta parcela no mira por el interés general y atenta contra el Art. 45 de la Constitución Española.
ResponderEliminarUna vez más las administraciones públicas al servicio de la empresa privada. La plataforma nace fuera de la ley. En esa zona el ruido que soportan los vecinos ya está por encima del máximo establecido por las leyes Europeas. Eso sin tener en cuenta la polución de la que no existen mediciones en esa zona, ya congestionada por el tráfico de la M-40 y las carreteras nacionales que están próximas.
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